Sevilla y Betis, o cuando el mundo es totalmente opuesto

Hay momentos en la liga que hemos visto que equipos emblemáticos pasan apuros y problemas mientras que sus eternos rivales se encuentran en momentos mas favorables. Así, hemos visto a una Real Sociedad acariciar el título de liga, mientras el Bilbao luchaba duramente en las posiciones que nada tienen que ver con su buen palmarés, pero estaba el Athletic sin pasar muchos apuros. Cuando el Atlético de Madrid descendió en 1999, el Real Madrid hacía una liga para el olvido y entraba a la Champions por ganar la misma, no por clasificación. Sin embargo, no recuerdo nunca que un lugar que albergara una encarnizada rivalidad, tuviera a sus dos equipos archirrivales en dos polos totalmente opuestos en lo que concierne a juego y desarrollo de la temporada. Me refiero al Sevilla y al Betis. Mientras los de Juande acarician la gloria una y otra vez, los verdiblancos viven con la respiración entrecortada y el fantasma del descenso rondándoles la mente. Hay explicaciones del momento de lado y lado: la excelente gestión de Monchi como ojeador, ha dado con excelentes jugadores en Nervión; el equipo que formó Caparrós está dando frutos ahora; en apariencia, el presidente no se mete mucho en las cosas del entrenador; el equipo sigue siendo consciente de que es emblemático mas no un megaequipo, manteniendo así una mentalidad humilde que permite que su gran fútbol hable por ellos; hay banquillo y cuando no está poulsen, está maresca; y por supuesto en los despachos hay mucha paz. En la otra acera la realidad es otra: con un entorno resquebrajado, donde no hay presidente y no se sabe quién manda, con pocos jugadores de donde escoger, con un excelente entrenador, pero que no puede hacer milagros, em fin la cosa no pinta muy bien. Están fuera de los puestos de descenso, ok, pero por carambolas de la propia competición que tanto arriba como abajo está apretada, no están fuera del descenso por méritos propios y el Ruíz de Lopera ahora se ve como cancha accesible para casi todos los equipos de la liga. El respeto se ha mudado ahora a la otra acera, Kanouté ilusiona, Sobis se preguntan dónde está y es una pena porque el Betis de hace unas cuantas temporadas estaba acariciando la gloria, decir Heliópolis era decir miedo y Joaquín era el "next big star". Me da una pena por la afición bética, que me consta es una gran fanaticada y no se merece esto que está pasando, pues están pasando el Niágara en bicicleta dos veces: por el propio "Beti" y porque los Sevillistas están rozando la gloria, la misma gloria que alguna vez estuvo entre ellos. Jamás había visto un caso de archirrivales estando ambos en los totales extremos de la cuerda que es la liga.